Las personas son responsables del éxito, el lider muestra el camino
Como parte del ciclo de charlas de la Academia CAP, se realizó con éxito el conversatorio “Cómo ser un líder efectivo en tiempos de incertidumbre y cambio”. De la actividad participaron socios de la Cámara de Anunciantes del Paraguay, así como invitados especiales.
El encuentro tuvo como invitado especial a Gian Carlo Aubry, quien destacó la capacidad de diálogo y previsión como claves para liderar un equipo en las compañías.
Gian Carlo Aubry, actual presidente ejecutivo de Nestlé Argentina, Uruguay y Paraguay, cuenta con más de 30 años de trayectoria en la industria de alimentos, dentro de la compañía, en el mercado latinoamericano. Licenciado en Ciencias Políticas, ocupó diversos cargos de liderazgo en la empresa, a la que llegó tras una convocatoria en Suiza, país de donde proviene.
La motivación como motor de inspiración, liderar con propósito y sentido, la valoración y confianza como conductores de compromiso, la cultura del reconocimiento y la importancia de la anticipación en el mercado fueron algunos de los temas que desarrolló durante el conversatorio de la Academia CAP.
“Pude conocer todos los países de América Latina, los únicos que no visité fue Guyana Francesa y Surinam. Llevo trabajando casi 11 años en Argentina y tengo una idea de lo que es América Latina, lo que me permite hablar de lo que es la región siendo extranjero”, dijo Aubry al presentarse ante los participantes.
“Lo que más aprendí es que si eres capaz de ver las cosas con humildad, escuchando más antes que opinar, eso soluciona muchos problemas en la compañía. El líder de hoy ya casi no escucha, solo manda, y no se puede mandar más sin escuchar. La posibilidad de escuchar de una persona lo hace más grande. A medida que escuchamos recibimos más información y, al recibir información, la podemos transformar en acción”, manifestó.
Equipo
El hecho de entablar un diálogo franco y sincero con los colaboradores le permitió entender mejor el contexto de la compañía para contribuir en alcanzar los objetivos de la empresa, señaló. “Cuando uno es líder, el trabajo se hace a través de los demás. La mejor posición que uno tiene es cuando el propietario hace absolutamente todo el trabajo, pero cuando uno debe obtener resultados a través de un equipo, a través de personas, las cosas se hacen más difíciles. Esto, porque muchas veces como equipo las personas hacen ciertas cosas a su manera y el líder está para encaminar las acciones, ese es un desafío muy grande. La gente es la responsable del éxito, el líder está para mostrar el camino”, argumentó.
Diferencias
El especialista también habló de la mezcla de generaciones que hay actualmente en el mercado laboral y consideró que la capacidad de adaptarse a los cambios es fundamental para mantenerse vigente.
“Los babyboomers estamos llegando poco a poco al retiro. Cuando llegamos hace treinta años, nosotros éramos la Generación X, teníamos nuestra manera de ver las cosas, nuestros desafíos y contexto, que era diferente. Hace algunos años nos dimos cuenta de que hay una generación que nos está empujando y sacando de nuestra zona de confort. Hace treinta años queríamos ser escuchados y ahora debemos escuchar a las nuevas generaciones. Esto nos obliga como líderes a ser capaces de escuchar a las nuevas generaciones”, analizó.
Consideró que la gran diferencia entre la actual generación y las anteriores es que los cambios en los diversos procesos de la vida se presentan mucho más rápidos. “Nuestra generación ha sido capaz de acostumbrarse a las nuevas tecnologías, pero en estos últimos años hay una manera de pensar y ver las cosas que es radicalmente diferente a lo que nos hemos acostumbrado a vivir”, sostuvo.
A su criterio, los jóvenes de hoy son mucho más sensibles y no aceptan ciertas cosas. “Nosotros éramos rebeldes, no sé si los jóvenes de hoy tienen rebeldía o sensibilidad. Entre un joven de 16 años y otro de 26 hay una manera distinta de pensar y ver las cosas. Como líderes, es nuestra responsabilidad entenderlos y poder captar lo que nos están diciendo, así como también es importante que ellos capten lo que les estamos diciendo. El desafío de hoy es que haya un diálogo y no un monólogo, para poder conversar, analizar, corregir y avanzar. Si no, se instala una dictadura de pensamientos que va en contra del pensamiento crítico”, declaró.
Salir a navegar
Al analizar la incertidumbre en el mundo de los negocios, afirmó que le gusta mucho hablar del ejemplo del mar y el velero. Indicó, en ese sentido, que el mar es el escenario en que se desenvuelve el mercado y algo que no se puede controlar. “Lo que sí puedo controlar es el barco y si mi tripulación está preparada para navegar. Entonces, de acuerdo al contexto de cómo esté el mar, vamos a navegar. Esa travesía puede ser tranquila, agitada o con tempestades y en esta navegación vamos a trabajar para que el barco llegue a buen puerto. En este barco, cada uno tiene su rol y su responsabilidad”, graficó.
Destacó la importancia de anticiparse a los conflictos del mercado para poder salir airosos en tiempos de crisis. “Muchas cosas podemos evitar si somos capaces de anticiparnos. Si nos anticipamos, podemos planificar. Si planificamos, vamos a reducir la incertidumbre. A medida que uno sabe el contexto en que está navegando el mar, va a poder controlar mejor lo que es controlable. Uno no puede controlar la inflación, tampoco las decisiones del gobierno, la lluvia o el sol. Puedo informarme sobre cómo estará el tiempo mañana para saber si llevo o no un paraguas. En los negocios sucede la misma cosa. Si uno entiende el contexto político y social en que vivimos, es mucho más fácil anticiparse. Al reducir las cosas imprevistas, hay menos errores y mayor porcentaje de éxito”, señaló.
Saber reconocer
Aubry fue consultado sobre la “cultura de reconocimiento” de las empresas y consideró que congratular a un colaborador es bueno, siempre y cuando no sea reiterativo y por asuntos que no resulten extraordinarios.
“El reconocimiento es un tema muy difícil porque cada uno tiene su manera de hacerlo y de expresarlo. Reconocer es decirle a un colaborador que hizo un buen trabajo y felicitarlo. Personalmente, es algo que no se lo digo a todos. Felicitar es algo que hay que hacer pero sin exagerar. Hay muchas variaciones en el reconocimiento y hay que felicitar a la gente cuando se merece, pero no creo que deba hacerse todos los días por cualquier motivo pues en definitivas somos pagados para hacer el mejor trabajo posible”, opinó.
Por último, dijo que todo líder debe estar dispuesto a escuchar críticas en medio de las gestiones que debe emprender en el día a día. “Debemos escuchar a todas las partes, tanto lo que te gusta como lo que no te gusta. Ser capaces de absorber todo esto, sobre todo lo que no te gusta, no es fácil. Hay que entender el contexto, tener la capacidad de análisis, transformar toda la información en un objetivo y ser capaces de explicar ese propósito para hacer avanzar a la compañía. Un líder no debe quedarse simplemente en el análisis o los buenos deseos, sino que debe saber ejecutar las ideas y que esta acción dé resultados”, concluyó.