No menospreciemos al contrabando
Afecta transversalmente, directa e indirectamente a las empresas y marcas, al Fisco y la ciudadanía en general.
Hay marcas que son producidas en el país, y también en la región. Marcas conocidas y comunicadas en medios de comunicación, con garantías para los consumidores y con unas imágenes y reputaciones logradas en años, con inversiones y esfuerzos de mercado. Estas marcas -dependiendo de la situación económica y cambiaria en países vecinos o extra zona, ingresan a nuestro país sin pago de impuestos, sin controles sanitarios, de etiquetado o vencimiento. Se comercializan con total impunidad en mercados, centros de distribución y frente a los mismos productores, representantes o distribuidores legales, que por supuesto reciben todo el peso y rigor de los controles aduaneros, tributarios, municipales, INAN, Mades, etc. También estos productos ingresados ilegalmente causan estragos a la Industria Nacional que produce o puede producir similares en varias categorías. Estos productos y marcas de contrabando utilizan en forma miserable a mano de obra desesperada, ubicándola en calles, avenidas, alrededor de shoppings , creando una problemática social relevante y notoria.
Empresas venden menos por que sus marcas y productos ingresan y se venden sin ningún control, sin respetar cadenas de comercialización, sin respetar vencimientos o garantías al consumidor, causando serios problemas al patrimonio de marcas, que pierden el control de sus propios productos y deben asumir problemas con los consumidores. Esto también es desempleos formales, achicamiento de empresas y en ciertos casos , cierre de empresas. Esto es real, ahora y en directo. Menos empresas, menos empleados formales, menos consumo, menos ingresos para el fisco que solo tiene la opción de tratar de cobrar más impuestos a los legales, menos inversión en medios, etc.
¡Y el daño principal es el moral, el ciudadano que por conveniencia y necesidad! compra a sabiendas un producto fuera de norma, fuera de los canales de comercialización, bajo árboles o en veredas, a precios increíbles, sin ninguna garantía y con una marca notoria, sabe que está actuando mal e integra la cadena de ilegalidad y lo justifica por el bajo precio ofrecido por la coyuntura, pero sin considerar que esto generará cierre de empresas, despidos, menos dinero para servicios públicos, etc.
Si hoy -en plena pandemia- hay un descomunal contrabando de lo que sea con fronteras cerradas, como de descomunal y perjudicial será con las fronteras abiertas, a total disposición de organizaciones mafiosas que hacen de lo ilegal su estrategia de negocios. Organizaciones mafiosas eficientes, rentables, intocables e impunes. ¡Cuidemos la casa, cuidemos nuestro mercado, cuidemos nuestras marcas, cuidemos nuestras empresas y empleos, exigiendo a las instituciones públicas a cargo que cumplan su misión. Sin excusas, sin vueltas y con resultados concretos y demostrables!
Carlos Jorge Biedermann, presidente de la CAP.