Recaudación del IVA se desaceleró y evidencia un menor consumo
La incidencia del IVA en los ingresos del Fisco creció en 2018 poco más de un punto porcentual. Para analistas, esto se debería a menor consumo o exoneraciones. Urgen cambios al Gobierno.
El impuesto al valor agregado (IVA) es el gravamen que más ingresos deja al Fisco cada año. Si bien en el 2018 tuvo un crecimiento del 1,9% con respecto al 2017 y alcanzó los G. 7,2 billones (USD 1.204 millones al cambio actual), ese crecimiento fue menor al 3,2% de inflación (suba de precios) y significó incluso una menor participación en la recaudación tributaria (ver infografía).
Para analistas económicos y tributarios consultados por ÚH, este resultado es consecuencia de dos sucesos: El menor consumo y las altas exoneraciones que concede la Administración Impositiva.
La economista Verónica Serafini sostiene incluso que, en términos reales la recaudación del IVA disminuyó, porque el ingreso aumentó solo en 1,9%, pero los precios de los bienes o productos que debe adquirir con ese ingreso crecieron en 3,2%. Para la ex viceministra de Economía Social es evidente que la desaceleración del consumo impactó en el IVA, situación que se contrapone al crecimiento económico del país.
Su colega Fernando Masi es más cauto y cree que el bajo crecimiento del impuesto puede deberse al bajón en las compras de la clase media y baja, pero también a las elevadas exoneraciones que concede hoy el Estado a diferentes rubros, las que rondarían el 0,6% del PIB (USD 251 millones).
A su turno, el tributarista Enrique Ramírez considera que si bien se sintió en el último periodo del año pasado menor movimiento, dijo que es difícil saber si hubo un menor consumo, porque se pudieron registrar aumentos en las compras de productos de la canasta básica y remedios tasados en 5%, pero otros productos con arancel del 10%, como los electrónicos, pudieron haber registrado caídas.
ESTRATEGIAS. En algo en lo que sí coincidieron los analistas es que el poco crecimiento del IVA debe ser motivo de preocupación para el Gobierno, que debe tomar acciones lo antes posible, considerando su peso en la recaudación tributaria y en el cumplimiento de las obligaciones.
Serafini remarcó que el Gobierno debe cambiar su modelo de crecimiento, de modo a que pueda tener impacto en la gente.
En ese sentido, resaltó que se deben implementar políticas que impacten en la generación de empleo, principalmente en el sector industrial, en las micro y pequeñas empresas y en la agricultura familiar. “A medida que haya más empleos habrá más consumo, y eso no solo impacta en el IVA, sino también en muchas otras cuestiones sociales”, opinó.
Para Masi la desaceleración del IVA puede ser aprovechada para ir pensando en eliminar las exoneraciones a determinados productos y para fortalecer los tributos directos como el IRP o el Iracis, de modo a equilibrar la balanza y tener mayor equidad fiscal. Mencionó que la Comisión Técnica Tributaria, que está analizando un proyecto de reforma impositiva, debe ir pensando en esas variables.
Finalmente, Ramírez subrayó que es clave atacar la informalidad. A su criterio, disminuyendo la evasión actual se pueden obtener ingresos con los que hoy no se cuentan y destinarlos a áreas prioritarias como salud o educación.