“La competencia de marcas debe ser justa y leal por características reales”
Columna de Opinión, por Blanca Ceuppens, propietaria de La Blanca (Pechugón)
La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque es indispensable para el éxito. Trabajamos basados en la ética y honestidad, cumpliendo siempre las leyes, las normas y reglamentos guiados con el objetivo de ser competitivos haciendo lo correcto, ya que es nuestra obligación como líderes por más de cinco décadas de tradición seguir los más altos estándares mundiales de calidad.
Nos sentimos comprometidos a ofrecer alimentos sanos, nutritivos, con un sabor deliciosamente natural, siendo el pollo paraguayo con más garantías al haber obtenido más certificaciones y habilitaciones nacionales e internacionales por organismos sanitarios gubernamentales paraguayos y del extranjero como de auditorías privadas de clientes importantes.
Algunas empresas, en búsqueda de su objetivo, con frecuencia pierden la ética y moral ante sus intereses económicos, entrando en conflicto con su responsabilidad ante el consumidor, el gremio y el bien común, al hacer mercadeo desorientador o engañoso hasta utilizan creencias o mitos para confundir al consumidor sobre cuán saludable es un producto, exponiéndose a multas y desprestigio.
Aunque nos sentimos agraviados, en La Blanca estamos motivados a seguir compitiendo con ética, esperando que las autoridades competentes hagan justicia. La competencia de marcas debe ser justa y leal por características reales y diferenciadas de sus productos. El consumidor debe elegir estando informado y sin temor.
La conducta y moral como directores es un factor clave para que se desarrolle un ambiente ético en la empresa; nuestro comportamiento y valores se contagian a los empleados para adoptar actitudes éticamente correctas.